Los partidos de extrema derecha llegan cada vez más al poder en toda Europa. Italia, Suecia y ahora Finlandia son algunos de los ejemplos.
Los partidos de extrema derecha, están consiguiendo ahora puestos de gobierno junto a los principales partidos de derechas. Esta nueva tendencia puede producir de a poco un cambio que podría convertirse en una nueva tendencia política. Según los analistas, las razones de esta tendencia varían de un país a otro. Desde la inmigración, la economía o la guerra de Ucrania son algunos de los factores que impulsan el cambio.
El último caso es el de Finlandia, donde tras tres meses de negociaciones, el partido nacionalista de extrema derecha «Los Finlandeses». El partido hizo campaña con un programa antiinmigración y anti Unión Europea se convirtió el fin de semana en miembro del gobierno de coalición.
La derecha tradicional ya no tiene problemas en actuar con los de ultraderecha. Los partidos conservadores tradicionales, que ven las alianzas con mejores ojos. Los acercamientos en Bruselas y los Gobiernos de Italia, Suecia o Castilla y León son un aviso para las elecciones en España y las europeas de 2024.
En vísperas de las elecciones europeas de 2024, podrían formarse nuevas alianzas políticas. Según las últimas encuestas, es probable que los partidos tradicionales como el conservador Partido Popular Europeo, los liberales de Renovar Europa y los socialdemócratas del S&D, salgan debilitados.
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El caso de los países nórdicos
Hubo un cambio de mirada en los países denominados nórdicos. La extrema derecha triunfó en Finlandia, una formación euroescéptica y antiinmigración, dirigirá carteras como Economía, Finanzas, Justicia e Interior. El Ejecutivo más conservador en la historia del país rebajará el gasto en sanidad y las ayudas al alquiler En Noruega, el Partido del Progreso, populista y antiinmigración, se ha asociado a los conservadores en un gobierno de coalición.
En Suecia, el líder conservador, Ulf Kristersson, administra un acuerdo con democristianos y liberales con el apoyo externo del ultraderechista Demócratas de Suecia (SD), que le garantiza la mayoría en el Parlamento. La primera ministra socialdemócrata danesa, Mette Frederiksen, debió girar de izquierda a derecha para mantener ahora una coalición con los liberales conservadores.
