¡Si hay plata! Para Corrientes

Los favores se pagan y la obediencia se paga. De esta manera, el gobierno nacional a Corrientes le giró 1.000 millones para la realización y transmisión del Carnaval.

El gobierno de Corrientes recibió la suma de 1.000 millones de pesos de parte del gobierno nacional. Este dinero se transfirió a través de un ATN, (Adelantos Transitorios de la Nación) y es una devolución de gentileza a la fidelidad de los representantes de Gustavo Valdez en el congreso.

El presidente, había bajado a casi cero las transferencias discrecionales a las provincias y criticado a quienes se la gastan en artistas. Esta inyección de dinero se utilizó para la transmisión del Carnaval y contratar a una bailarina Lourdes Sánchez. Paradójicamente, en una semana donde el mandatario Javier Milei despotricó contra la “industria de la cultura” y los que cobran del estado.

Martín Llaryora, gobernador cordobés, había sido criticado por una “supuesta” ayuda al “Cosquín Rock”. Lo cual fue desmentido categóricamente por los organizadores, quienes demostraron de donde salen los ingresos.

Cuadro donde se observa el ATN para Corrientes.

Milei estará en Corrientes para el décimo aniversario de un club libertario. Por el momento no estaría confirmada ninguna reunión con Gustavo Valdés. El gobernador fue uno de los pocos que evitó los furiosos reproches de Milei por la utilización de dineros públicos para espectáculos masivos.

El presidente, bajó a casi cero las transferencias discrecionales a las provincias. Pero en el caso de Corrientes replicó a la perfección las prácticas usuales de lo que denomina la casta. Un esfuerzo que se retribuyó parcialmente porque Valdés sólo controla uno de los dos diputados, donde sigue pesando fuerte el ex gobernador Ricardo Colombi.

El mandatario viajará este lunes a la provincia litoraleña para festejar el décimo aniversario de un club libertario. A pesar de no tener un rol oficial dentro del club, Milei es una figura destacada en su entorno, contando con asesores cercanos como Alberto Benegas Lynch (h) y Martín Krause.

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