Grieta, oportunidades y, tal vez, un nuevo modelo de liderazgo o un nuevo paradigma que se abre desde Argentina. Mariano Berro analiza el discurso del libertario en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza.
Mariano Berro es consultor político uruguayo y coach, especializado en entrenamiento de líderes y equipos. Cuenta con vasta experiencia en diferentes procesos latinoamericanos a nivel presidencial y distrital. En exclusiva para “El Adversario” analizó los detalles sobre el posicionamiento público del actual presidente argentino, Javier Milei.
El Libertario está utilizando un nuevo modelo de liderazgo: ¿Abre un paradigma o solo se quedó con el rol de candidato? ¿Qué pasó en Davos? En este mano a mano con el uruguayo Mariano Berro analizamos ello y las formas de posicionamiento.
—El discurso de Milei generó controversia a nivel mundial ¿Qué crees que pasó en el Foro Económico Mundial de Davos?
Mariano Berro: Javier Milei eligió presentarse en modo campaña. Está usando la misma estrategia que usó para ganar el balotaje pero gobernando. Prefirió dar un discurso ideológico enfrentando modelos e ingresando en una grieta que tanto le gusta y que tanto le ha resultado en Argentina. El libertario ya no es candidato sino que se presentó representando a más de 40 millones de argentinos y habló de medidas concretas sin anunciar siquiera una acción económica que su gobierno piensa tomar para sacar a su país de una fuerte crisis.
—¿Crees que podría haber usado ese momento para generar otro tipo de empatía con los argentinos o con América Latina?
MB: Era su oportunidad para captar interés, dar seguridad con medidas concretas, fomentar inversión y colaboración para su país. Sin embargo, siguió eligiendo la grieta. Es lo que busca perennemente: la construcción del adversario, que pueden ser muchos; como el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof o la CGT. Pero este caso fue extremo al marcar su defensa al capitalismo para “terminar con la pobreza y el hambre en el planeta” o decir su frase “Occidente está en peligro”. Estas fueron algunas de las posturas que más impacto tuvieron y da cuenta de que no le estaba hablando al pueblo americano, por el contrario, fue a dar una charla de economía de un economista y no de un Presidente electo a menos de 50 días.
—Teniendo en cuenta tus estudios sobre liderazgos, ¿Crees que se abre una nueva manera de ser un líder´?
MB: Milei no quiere ser un líder moderado, no está dentro de su esquema. En Davos fue un economista hablando de economía y no un líder regional. El ejercicio del poder no lo trasmite, no puede o no quiere, pero eso está a la vista porque por lo general los liderazgos se consolidan basados en éxitos y con hechos concretos para mostrar, cosa que él no hizo, pese a que tenía la posibilidad. Una de las hipótesis es que tal vez el Presidente de Argentina cree reforzar el posicionamiento interno que él tiene con su público, que se muestra preocupado por cuestiones de índole material inmediato y cree que el Estado es un estorbo. No está mirando a su país; se quiere posicionar como líder a nivel mundial.
—Sos experto en el análisis de líderes ¿Cómo definís el liderazgo de Javier Milei?
MB: Milei tiene un estilo de liderazgo personalista y autocrático, es decir, que las decisiones y todo el protagonismo cae sobre una persona. Él llega a ser Jefe de Estado entendiendo a quién le tenía que hablar, con un discurso antisistema. Pero hay algo que es real, que si bien él se considera libertario, la gente no sabe lo qué es ser libertario, se confunde el liberalismo con el libertarismo y hasta con el populismo. Este tipo de líderes políticos por lo general no llegan a mantener su fuerza no logran generar otro tipo de liderazgo dentro de sus espacios por esta característica bien definida de personalista y autocrático. Son líderes que no pueden mantener su fuerza en distintos lugares en distintos puntos: gobernaciones, provincias o mismo dentro de la cámara de senadores y diputados como está ocurriendo con la ley ómnibus. Milei tiene un liderazgo que enfrenta, que pone en veredas opuestas, es más de lo mismo porque termina generando grieta y desafíos entre unos y otros. Genera dos veredas y no solo en Argentina sino también en el mundo. No crea intercambio, no forma colaboración. El mundo está cambiando, las nuevas tecnologías avanzan a pasos agigantados la pregunta es de qué nos sirven liderazgos tan cerrados que no nos permita abrir otros mercados, con otros países.