La suspensión de las PASO 

La Unión por la Patria se dividió en apoyos, rechazos, abstenciones y ausencias. Sobresalió en el cuadro de fragmentación política. El poder verticalista del peronismo está en jaque mate. Nuevas formas de democracia y de república se asoman

Unión por la Patria venía tratando de contener sus fisuras en la previa al debate en el recinto. El trámite en el plenario de comisiones, dos días antes, proyectaba las divisiones que después quedaron a la vista. El acuerdo interno se redujo al tradicional punto de partida para sesionar: dejar en manos del oficialismo y los aliados -firmes o de coyuntura- la responsabilidad de asegurar el quórum. 

Cumplido ese paso con el número justo, asomaba claro que la votación iba a ser holgada, sobre todo por el aporte desde filas del peronismo. Fue central el papel visible y también más reservado de los gobernadores. También, esta vez, el juego propio de otras franjas internas.

Las discusiones en el interior del bloque del peronismo/kirchnerismo coincidían en un punto: pasado el momento de reunir quórum, las divisiones iban a ser varias y visibles en el recinto.

El total de 98 integrantes de la bancada se dividió entre el rechazo al proyecto (43), el apoyo (25), la abstención -un modo de acompañamiento- (24) y las ausencias (6). Fue notable no sólo la posición de legisladores que reportan a gobernadores, sino especialmente de massistas, además de un puñado de legisladores no atados a alineamientos permanentes.

El poder verticalista que siempre reinó en los liderazgos peronista se quebró, en este caso en el recinto de la Cámara de Diputados.

Por otro lado, nuestra postura con respecto a la PASO, desde siempre fue el rechazo a las PASO que lejos de cumplir con el objeto que mantenía la ley que la aprobó, en la práctica sólo sirvió para ser una gran encuesta que le permitía a los partidos acomodar sus estrategias y campañas electorales para ganar las elecciones en las generales. 

De esta manera todos los partidos políticos que alcanzaban el número base tenían acceso a la financiación de su partido en lugar de que ellos mismos financiaron sus internas.

De este modo se subsanaron las finanzas de las arcas del Estado, no todos los argentinos deben aportar para financiar las carreras políticas de personas que quieren gobernar. Y la tan ansiada república y democracia encontrarán una nueva forma de ser ejercidas.

El gran ganador en esta pulseada, nuevamente es el gobierno nacional, que con minorías, construye todos los días aliados para poder gobernar

 

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