Las potencias del viejo continente sufren los estragos de la guerra de Ucrania. Los países sufren una crisis económica que los lleva la recesión y pérdida de poder adquisitivo de sus habitantes.
La crisis económica ha llevado que Alemania ingrese en recesión. El Producto Interno Bruto (PIB) alemán disminuyó un 0,3% entre enero y marzo de este año, un contraste al último trimestre de 2022 del 0,5%. Es la primera vez que se da este escenario desde la pandemia de Covid-19.
Una de las principales razones por la cual, la principal economía europea esta en baja se debe crisis energética por la invasión rusa a Ucrania. El país germano ha sido víctima de sus propias políticas energéticas y su lenta transición a las nuevas tecnologías. El elevado coste de la electricidad ha complicado y encarecido la producción del corazón industrial de Europa, cuya economía se encogió un 0,3% en el primer trimestre de 2023.
La oficina de estadística de Alemania, Destatis, destacó que las subidas de precios seguían siendo un lastre para la economía del país. “Esto se reflejó especialmente en el gasto en consumo final de los hogares, que disminuyó un 1,2%”, informo el ente. Según la entidad, los hogares gastaron menos en el primer trimestre de 2023 que en el anterior. Además, compraron menos autos nuevos, lo que se debe en parte, a la interrupción de las subvenciones para híbridos y la reducción de las subvenciones para vehículos eléctricos a principios de 2023.
El Fondo Monetario Internacional, por su parte, estima que Alemania será la economía del G-7 con peor desempeño este año. No obstante, el canciller, Olaf Scholz, parece mantenerse optimista. “Las perspectivas para la economía alemana son muy buenas”, expresó el mandatario en una reunión en Berlín.
El Gobierno propuso un tope hasta 2030 en los precios de la energía para algunas industrias de consumo intensivo. Este plan, que podría costar a los contribuyentes hasta 30.000 millones de euros, es visto por la oposición como un parche temporal.