Elisabetta Recine, presidenta del Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional de Brasil, afirma que América Latina ha demostrado que el hambre no es inevitable. Con las políticas adecuadas, Brasil ha logrado sacar a 13 millones de personas de esta situación, apoyando a los pequeños agricultores y mejorando el acceso a alimentos en las comunidades urbanas más vulnerables
Brasil logró entender y responder a las diversas realidades y necesidades de su población. Las experiencias que nacieron en la sociedad, especialmente durante la pandemia, se transformaron en políticas públicas efectivas. Un ejemplo de esto son las cocinas solidarias, una iniciativa de organizaciones de la sociedad civil en respuesta al aumento del hambre durante la pandemia. Estas cocinas no solo preparaban comidas para las familias en situación de vulnerabilidad, sino que también servían como espacios de articulación comunitaria. La articulación de diferentes programas relacionados fue clave para fortalecer la seguridad alimentaria y el consumo. Según Recine, la seguridad alimentaria solo se logra cuando se aborda desde una perspectiva sistémica, considerando todas las dimensiones del problema.
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Fuente: Agencia Noticias InnContext <agencia.noticias@inncontext.net>